viernes, 24 de septiembre de 2010

Mente y razón.

Dos pensamientos inconexos, vacíos, y sangrantes... dolorosos de razón y calidez perdida. Caverna maldita colmada de recuerdos de un tiempo ya moribundo, donde las aguas tropicales eran cobijo de criaturas míticas, el abovedado firmamento guardián de inumerables proezas y la tierra ladrona de los susurrantes secretos que cualquier ilustrado podía llegar a concebir.
Cuerpos proporcionados de belleza clásica, bustos ardientes, miradas doradas, labios olímpicos de no carne plástica, narices de cigueña, pestañas escarpadas y orejas de morceña. Aureolados cabellos de pureza cegadora, escudriñantes de nubes encapotadas con lágrimas de los olvidados que perduraron en las mentes de los héroes para la eternidad.

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